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El Brasil "Azeitado"

Antes de que el coronavirus se asomara como la gran amenaza que es, visitamos Brasil y su lado más desconocido: el aceite de oliva virgen extra, que gana seguidores y abre nuevas oportunidades para el turismo en el país tropical.


Por Alicia Moya y Carola Dümmer, @guiaoliva

Texto publicado en Revista Club Placeres del Vino, mayo 2020


En la última década, Brasil pasó de ser uno de los principales importadores de aceite de oliva del mundo, a un productor que, aunque pequeño, apuesta por la calidad en la producción virgen extra. Y con ello, abrió también nuevas opciones turísticas para aquellos que se cansen de la playa y quieran conocer un lado más verde del país más grande de nuestro continente. Acá te mostramos dos destinos olivícolas que deberías incluir en tu próximo viaje:

Minas Gerais, el verde intenso

Manejar desde Sao Paulo al estado de Minas Gerais, es un espectáculo. Miles de tonos de verde acompañan la ruta, mientras entramos a la Sierra de Mantiqueira, y las palmeras se mezclan con bananos, los cafetales se toman los campos, y aparecen flores de colores, por todos lados. Pasamos de un sol radiante a una tempestad en cosa de segundos, y luego viene el arcoiris, porque bueno, esa es la gracia de Brasil, ¿o no?

La Sierra de Mantiqueira, es una zona que abarca el limite entre ambos estados, y ahí se concentra uno de los polos del desarrollo olivícola en Brasil. Acá, el oro verde no es el aceite de oliva, si no el café, pero ahora ambos cultivos conviven en un paisaje sorprendente, que muchísimos paulistas y mineros disfrutan en viajes cortos de fin de semana, alojando en Poços de Caldas, una pintoresta ciudad termal.

A 10 minutos del centro, pero internado entre lomas de cafetales y olivos está Fazenda Irarema, donde la familia Carvalho Dias produce un aceite que ya ha ganado fama mundial, además de frutas, hortalizas, frutos secos, y uno de los cafés más premiados del orbe. Cada fin de semana reciben hasta 600 turistas, que disfrutan una experiencia turística sin igual. Además de visitar los olivos y catar los aceites, los visitantes pueden disfrutar un brunch preparado con productos locales, comprar jabones elaborados con oliva, llevarse algunos cortes premium desde la boutique de carnes Bemdita, y por supuesto, pasar por el precioso emporio lleno de productos para disfrutar en casa. Un lugar para desconectarse y disfrutar.

Antes de volver a Poços de Caldas, desde los caminos interiores se puede ver la maravillosa capilla de Fazenda Raihna, lugar de origen de Orfeu, uno de los grandes cafés de Brasil. La “capela Santa Clara” es una de las últimas obras de Oscar Niemeyer y su arquitectura e integración con el entorno son imperdibles. La misa, que se realiza los últimos sabados del mes, es abierta a la comunidad.

Rio Grande Do Sul, el aceite gaucho

La mayor producción de aceite de oliva en Brasil se concentra en Rio Grande Do Sul, su estado más austral. Con una geografía y clima más parecida a sus vecinos -Argentina y Uruguay-, le dicen la “pampa gaucha” y es la región ganadera por excelencia. A la soya y el arroz, se sumó hace 15 años el cultivo del olivo. De aquí son las plantaciones más antiguas y también los pioneros en este negocio: Olivas do Sul.

Pero el mayor productor nacional se llama Prosperato, y está ubicado en la zona de Capaçava do Sul, a unas tres horas manejando desde las playas de Porto Alegre. Es ahí donde la familia Marchetti dirige un interesante proyecto olivícola, que los ha llevado a ganar varios reconocimientos internacionales.

Su huerto se ubica a un costado de la carretera que une Porto Alegre con la frontera argentino-uruguaya. Eran tantos los turistas atraidos por los olivos que paraban a preguntar por el aceite, que abrieron hace años su “Emporio Prosperato”, donde venden sus premiados aceites, junto a una selección de productos locales de gran calidad, entre ellos también vinos y espumantes famosos que se producen en la misma zona.

A los interesados en conocer el huerto, les abren sin problemas el portón para que puedan recorrerlo, a veces guiados incluso por Rafael Marchetti, quien está a cargo del negocio del aceite, y quien también, cada febrero se encarga personalmente de procesar la fruta en la almazara.

Tal ha sido el éxito de esta tienda (es el principal canal de venta para Prosperato), que pronto abrirán un segundo emporio, más cerca de Porto Alegre, donde tienen también un vivero.








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